Tu cuerpo es fruto del arrebato de tu alma al cielo.
El cielo sangra vida en gotas profundas de sentimientos y emociones dormidas. Y sus sueños es poesia de vida.
La vida dormida es la negación de la emocion.
La emocion es el vacío del universo que busca una explicación. Y está es un temblor de un temblar del vientre que se suelta la vida atada. Pues, cuando un alma se va está atada a esa vida la cuerda que te anuda a la existencia. Y el día a día se rompe y surge la verdadera realidad de ese universo que siempre queremos explicar.
Todo esto no es ordinario.
La muerte como funeral lo es, más no la muerte como una manifestación espiritual del alma que se escapa y llega al cielo del
mar de las almas que te cantan.
En ese momento entiendes que es dios.
Dios es tu realidad.
Nunca ha sido distinto.
Y ahora en tus manos, está esa gran enseñanza.
Abre los ojos más allá de la mirada.
Y más allá del más allá estarás tu con el en dios.
Dios en dios
Amor en amor.
Y ahora te vuelves a ese universo de melancolia del alma dormida que despertando anhela la esperanza de otra alma enamorada.
Ya no hay duda.
Sólo calma.
...no le busques sentido, no lo tiene.
miguel mochales, maestro zen.
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